Tus Deseos más genuinos

Nadie puede predecirnos el resultado de aquello que hemos decidido emprender. Sin embargo, si aprendes a observar tus sentimientos al momento de decidir sabrás si estás yendo o no por el camino correcto. 

Tu sentir es tu brújula, tu guía, eso que al comienzo le llamamos «la voz interior».

Conectar con ella, escucharla y hacerle caso, es un desafío que merece ser vivido si quieres seguir el camino que mejor refleje tu ser interior. 

Una vocación basada en el deseo presente de hacer lo que nos apasiona, no solo se refiere a trabajar de lo que nos gusta o estudiar lo que nos gusta. Se trata de hacer lo que amamos hacer a cada momento, sin importar la edad que tengamos y sin temor a lo que pueda resultar de ello.

El futuro se irá dibujando mientras te descubres y vas siendo fiel a quien eres y a lo que deseas hacer a cada momento.

¿Cómo conectar con esa voz?

En primer lugar, lo más importante es no desesperarse. La ansiedad por querer respuestas rápidas podría jugarte una mala pasada. 

Luego deberás amigarte con la sutileza de esa voz que no es un sonido externo, sino un sentir, una certeza que nacerá de tu corazón. Tu vocación se irá expresando en tus deseos más genuinos y ellos son los que irán marcando el rumbo. 

Por más que al comienzo no logres comprender la relación que existe entre cada cosa que tu corazón desea que hagas, si aprendes a dejarte guiar por él, al final del recorrido, cada pequeño suceso tendrá sentido.

Honrar cada paso, disfrutarlo y vivirlo en una completa entrega al momento presente es fundamental para abrazarte de lleno. 

No olvides nunca que tu vocación no es una meta, es un camino. Por lo tanto, no tiene sentido arrebatar los pasos. Si el recorrido no es alegre, motivante y tampoco te aporta una gran felicidad es una señal de alerta  que te indica que observes lo que te está pasando para, si es necesario,  reajustar la marcha y continuar.


Un buen ejercicio que te ayudará a descubrir lo que realmente deseas es proyectarte a ti mismo en diferentes escenarios usando tu imaginación. 

Visualizarte experimentando distintas posibilidades te permitirá despertar el sentir de lo que cada una podría ofrecerte. 

Vamos a ponerlo en práctica…

Actividad

Anota 3 (o más) profesiones, oficios u ocupaciones que resulten de tu interés.

Toma cualquiera de ellas y haz el siguiente ejercicio.

Siéntate cómodamente por unos instantes. Cierra los ojos y relájate.

Proyéctate en una profesión o actividad a futuro.

¿Cómo te sientes?

Imagina, visualízate ejerciendo, haciendo eso que harías.

¿Sientes alegría, entusiasmo, felicidad? ¿Sientes rechazo, abatimiento, pesadez? 

Imagina las tareas que tendrías que realizar. Las responsabilidades que cumplir.

¿Qué sentimientos te invaden mientras ejecutas ese oficio, esas tareas?

Realiza la misma visualización con cada una de las actividades que anotaste y escribe las experiencias de cómo te has sentido en cada una de ellas.

A veces creemos que elegir algo que deseamos y luego cambiar de rumbo es un error, cuando en realidad el error no se mide por las veces que cambiamos de camino sino por lo que sentimos al momento de elegir. 

Cuando tomas una decisión motivado por el miedo, el rencor, el dolor o cualquier sentimiento desarmónico, el camino que elijas por supuesto que no será el mejor. Pero una decisión basada en el deseo presente de hacer lo que te haga sentir pleno, no podría nunca ser un error. 

Por más que el camino que elijas dure apenas un tiempo y luego quieras cambiarlo, si en el momento lo eliges a conciencia, no es un camino errado. Más bien es un tramo necesario. 

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