Tu Vocación

Desde que nacemos nos acompaña una tendencia hacia el gusto y al gozo por determinadas cosas. Una inclinación natural y una mente desprejuiciada nos llevan a elegir lo que nos provoca placer y a desechar lo que no nos gusta o nos genera dolor. Sin embargo, en la medida en que vamos creciendo, el entorno, la cultura y las instituciones comienzan a llenarnos de contenido y todas aquellas inclinaciones naturales que teníamos poco a poco empiezan a condicionarse.

¿Qué es la vocación? 

Cuando hablamos de vocación nos referimos a una especie de llamado interno que nos dice: «Es por acá».

La famosa voz interior a la que muchas veces nos cuesta tanto escuchar, o mejor dicho, hacerle caso. Esta voz interior se manifiesta con total autenticidad cuando somos niños. El niño habla con su voz interior, la expresa y la exterioriza porque está en su naturaleza ser fiel a sí mismo. Si el niño quiere jugar afuera no le importa si llueve y está frío, si desea un juguete no sabe si es accesible o inaccesible; no se limita, solo expresa su sentir y es fiel a  su deseo. 

El niño posee una inclinación natural, algo lo atrae, algo lo llama y se lanza hacia lo que quiere sin más condicionamientos. 

En la medida en que vamos creciendo, en algunos casos, esta voz se va apagando. Precisamente por lo que vamos absorbiendo de nuestro alrededor y por comenzar a creer en una moral absoluta que nos enseña lo que está bien o lo que está mal.

En medio de esta gran ola que comienza a contaminar nuestra verdadera esencia ¿Cómo volver a escuchar esa voz interior que nos habla desde lo más profundo de nuestro ser?

Recordando la Niñez

Un buen ejercicio que puede ayudar a reconectar con tu voz interior es traer a tu memoria los gratos recuerdos de tu infancia.

Cada uno de nosotros tuvo sus juegos favoritos y un rol favorito dentro de cada juego. 

Recordar cuáles eran nuestras motivaciones, qué nos generaba alegría, cuáles eran nuestros desafíos a la hora de la diversión es una manera de conectarnos de manera pura y auténtica con esa parte de nosotros que se manifestaba de manera libre y natural: libre de temores, libre de preocupaciones y libre, por sobre todo, del qué dirán.

Actividad

Te propongo que te tomes unos minutos para la reflexión. Intenta recordar y escribe todo lo que venga a tu mente.

  • ¿A qué jugabas cuando eras niño? 
  • ¿Cuáles eran tus travesuras? 
  • ¿Qué te inspiraba confianza? 
  • ¿Qué te hacía reír? 

Usa tus respuestas como  Recursos y evoca esos recuerdos cada vez que necesites conectar con tu ser auténtico y genuino que sabe qué es lo que necesita para sentirse bien.

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