Paradójicamente, Sufres por miedo a sufrir

A simple vista puede parecer mentira… y hasta un juego de palabras. Pero la aparente paradoja de «sufrir por miedo a sufrir», en muchas personas, es una inconsciente forma de vivir.

¡No te abrigues tanto! ¿sino en el invierno que te vas a poner? 
Guarda la ropa nueva, por si alguna ocasión se presenta.
No te enamores de nadie, si no quieres sufrir
No lo acostumbres a tus brazos, porque cuando tu no estés lo va a sentir.

Y así, por miedo a sufrir, sufrimos.
Quizás por miedo a sufrir más creemos que está bien sufrir un poco y, caminando en la vara del pesar, vamos administrando dosis de sufrimiento para sentirlo en cuentagotas. 

Proyectamos situaciones sin sentido en las que nos imaginamos necesitando algo a futuro más de lo que lo queremos ahora. Así pasamos frío, guardamos la ropa, nos privamos de dar y recibir amor, de brindarnos al momento. 

Todo lo que existe es hoy y todo lo que tienes es ahora, dicen por ahí. 

Entonces ¿Qué tal si dejas de lado las proyecciones inútiles de un futuro que tú mismo creas queriéndolo evitar?.

Si sientes frío abrígate. Mañana, abrígate más.
Si quieres usar la ropa nueva, úsala, mañana puedes tener otras o quizás ni siquiera te interese estrenar ropa nueva.
¿No te enamoras por miedo a sufrir? Déjame decirte que ya estás sufriendo al bloquear tu corazón a tan sublime sentir.
¿Y si te desenamoras? Puedes empezar de nuevo o ¿quién te dice que ese vacío no te lleve a la cima de un amor más elevado?   
¿Evitar tus brazos? ¿y evitar la memoria de un abrazo que puede acompañar a alguien de por vida? No es negociable.

Puede ser duro aceptarlo pero no abrazar a alguien para que después no sufra nuestra ausencia sólo puede sentirlo un ego que cree que es indispensable. Pero indispensables no son tus brazos, más sí lo son los abrazos que das.

Así que a partir de hoy, deja de castigarte con proyecciones sin sentido que por querer evitar los monstruos de tu futuro, tácitamente aceptas convivir con fantasmas en tu presente.

Ríe, abraza, ama y toma el control de tu mente poniéndola al servicio de ser feliz.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *